Finalizando abril, usuarios en Twitter compartieron un trino de la reconocida programadora Jane Wong, experta en detectar nuevas actualizaciones a partir de sus códigos (ingeniería inversa), quien manifestó que Instagram estaría considerando la opción de ocultar los likes, haciéndolos visibles solo para el propietario del perfil.
De inmediato, los ciberusuarios desataron un sinfín de comentarios y posturas al respecto de no poder ver la cantidad de likes en las fotos y videos en una red social donde cada minuto se suben más de 65.000 archivos, según Statista.
Quienes defienden el posible cambio, plantean que los contenidos podrán ser valorados más por su calidad que por la popularidad y cantidad de likes (en ocasiones provenientes de cuentas falsas o compradas), además de reducir la cantidad de acciones potencialmente peligrosas que se realizan por conseguir los anhelados corazones virtuales.
Al contrario, los opositores aseguran que los llamados influenciadores sociales serán gravemente afectados pues las empresas suelen tomar la cantidad de estas reacciones como parámetro para elegir sus representantes y embajadores de marca.
En el evento F8 para desarrolladores de Facebook se confirmó que esta medida sería aplicada inicialmente en Canadá, y más adelante en otros países.
Con lo volátil y caótico que puede llegar a ser el entorno digital es incierto afirmar cuál será en efecto el futuro de Instagram sin poder visibilizar públicamente los likes, si los usuarios migrarán a otras plataformas que les permitan recibir y evidenciar el reconocimiento que les otorgan los demás, o si mejorará la calidad de contenidos, reduciendo la dependencia a la aprobación social en una red con más de 1.000 millones de participantes.
Fuente de la imagen: Marketing4Ecommerce
